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la prensa de Oviedo

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Día Internacional de la Libertad de Expresión. La situación de los periodistas asturianos

Viernes, 3 de mayo del 2013

Texto leído por la periodista Marta Izquierdo, de la Cadena SER, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa, durante la concentración de los profesionales de los medios de comunicación en el Día Internacional de la Libertad de Expresión.

 

La crisis lo está arruinando todo, a los ciudadanos, a las libertades y a un pilar fundamental de la democracia, a los periodistas y a los medios de comunicación, deteriorando la información en el más amplio sentido del término.

 

Los datos de empleo son demoledores. El año pasado batió el record de desempleados, con 11.000  parados registrados en las oficinas de todo el país y en Asturias, el informe anual de la profesión señala un incremento del 250 por ciento, lo que nos sitúa en que casi la mitad de los periodistas asturianos  en paro, un cuarenta por ciento.

 

La situación en el Principado afecta a todos los medios de comunicación. La tónica general son negociaciones de convenios colectivos con reducciones salariales del diez y del veinte por ciento en nóminas que en el mejor de los casos llegan a los mil euros mensuales, expedientes de regulación de empleo que afectan drásticamente a la masa salarial de los profesionales y a la calidad de la información diaria.

 

En prácticamente todos los medios se han reducido salarios y enviado al paro periodistas al término de su contrato, sin cubrir la vacante, por lo que son puestos de trabajo irremediablemente perdidos.

 

La tormenta laboral no amaina, al contrario, arrecia aún con más fuerza ya que este año comenzó con problemas en la Radio Televisión del Principado de Asturias, con despidos masivos de trabajadores de las productoras creadas a la sombra del ente público autonómico, con la presentación y posterior aplicación de la reducción  de jornada y salario en Radio Asturias, donde algunos trabajadores quedaron con salarios que no llegan a los ochocientos euros.

 

También se ciernen nubarrones en la delegación de Europa Press, donde ya han despedido a una periodista y las perspectivas de futuro son, en el mejor de los casos, poco claras. Tampoco es alentador el panorama en la Cope, bajo mínimos en las distintas redacciones que tienen en Asturias y a la espera de noticias sobre el futuro.

 

El aumento del paro y la precariedad laboral, que en muchos casos roza la esclavitud, con jornadas que superan las diez horas, salarios de cuatrocientos euros y ofertas de trabajo en las que en los primeros meses no se percibe sueldo alguno, se sitúa por primera vez como el principal problema de la profesión. Le sigue las trabas y censura para el ejercicio del periodismo.

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Los políticos y el poder financiero se empeñan en ningunear nuestro oficio con la convocatoria de ruedas de prensa sin derecho a preguntas, las declaraciones enlatadas, los bloques electorales, las comparecencias a puerta cerrada, los vetos, las presiones y las querellas. Nunca en democracia se habían dedicado a poner tantas barreras al trabajo de los periodistas y  a los medios de comunicación.

 

Estas presiones están afectando profundamente al quehacer diario en Asturias. A los ataques desde Foro Asturias a los periodistas de La Nueva España, llegando en ocasiones al insulto y a inmiscuirse en su vida privada; al acoso y derribo de La Voz de Asturias; al acoso político y económico a la Radio Televisión del Principado de Asturias; al cierre de la mayoría de las televisiones locales víctimas de la especulación de los empresarios, hay que añadir los problemas en el ejercicio de la profesión como los insultos de un diputado de Foro a un redactor de Televisión Española al no estar de acuerdo con preguntas que no le gustaron, la amenaza pública a otro redactor de Televisión Española por un sindicato minero durante la larga huelga del sector porque a su parecer no informaba adecuadamente y el juicio el próximo 7 de mayo a un periodista acusado de atentado contra la autoridad cuando cubría para un diario digital una concentración antitaurina en Gijón durante las fiestas de Begoña del pasado año. Pese a identificarse como periodista cuando acudió a informar sobre un incidente en la manifestación, la policía le detuvo y el fiscal pide ahora un año y medio de cárcel y una multa de setecientos euros.

 

La crisis económica e institucional coloca a los periodistas ante el resto de ejercer nuestra profesión con la máxima responsabilidad, como garantes que somos del derecho de los ciudadanos a recibir la información independiente y veraz que necesitan para ser libre y soberanos.

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Esta responsabilidad nos obliga a contrastar los hechos, verificar las fuentes, huir del amarillismo que convierte al periodismo en mercancía barata, y respetar la presunción de inocencia, el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen.

 

Pero de poco serviría la responsabilidad del periodista si no viene acompañada del respeto máximo a la libertad de expresión por parte de los representantes públicos.  En este sentido, constatamos la existencia de serias trabas por parte de dichos representantes al ejercicio pleno de este derecho constitucional como si la crisis avivará la necesidad de levantar barreras, en una época en la que la gente aspira a no tener ninguna para acceder a la información.

 

A las trabas ya mencionadas antes, como las ruedas de prensa sin derecho a preguntas, hay que añadir el informe de la comisión de expertos que servirá de base al anteproyecto de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, promovido por el ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, y que presenta serios límites a los derechos de información y a la libertad de expresión.

 

Los que desde el poder presionan a los periodistas y a los medios de comunicación para censurar la libertad de información, que hoy reivindicamos con motivo del Día Internacional de la Libertad de Expresión, cuyo manifiesto leerá a continuación Javier Bauluz, saben que el derecho a la información es un derecho inalienable de todo ciudadano y que no hay una democracia sana sin una prensa plural e independiente.

 

Imágenes: Juan Menéndez

 

Inscripción en el Curso de Especializacion en Social Media para periodistas

Miércoles, 31 de octubre del 2012

 

Para poder inscribirte en el Curso de Especialización en Social Media: Del Comnunity Manager al periodista especializado. Herramientas periodísticas 2.0 debes rellenar la ficha de inscripción que te podrás descargar pinchando en el enlace inscripción_curso_social_media

 

Recuerda que para poder visualizar este archivo sin problemas debes disponer de la versión de Word del paquete de Office 2007; versiones anteriores pueden no ser compatibles y no descargar ni visualizar el contenido con normalidad.

 

La inscripción se realizará por orden de recepción hasta agotar cupo y el plazo de presentación se extiende desde el día 5 al 19 de noviembre a las 15:00 horas. La ficha de inscripción una vez cumplimentada debes remitirla por correo electrónico a yolandavazquezcomunicacion@gmail.com o a info@asociacionprensaoviedo.com. Al finalizar la formación se extenderá un diploma de asistencia y aprovechamiento.

 

El contenido del curso incluye aspectos y aplicaciones para Twitter y Facebook como uso periodístico, la blogosfera y sus posibilidades, el plan de comunicación atendiendo a la geolocalización, Crowdsourcing y periodismo ciudadano y será impartido por Oscar Delgado y Javier Montes de Soma Comunicación. También se dispondrá de material didáctico y de asesoramiento individualizado a los asistentes.


Inscripción en el II Taller de Social Media y 2.0

Lunes, 19 de diciembre del 2011

Se trata de la segunda edición del Taller de Aproximación a las Herramientas 2.0 para periodistas que pone en marcha este año la APO. Utilización, gestión y manejo de las principales plataformas del SM que hay en la red para profesionales de la información y la comunicación. Consiste en una aproximación sencilla y práctica, sin entrar en complicaciones tecnológicas.

 

Duración 8 horas
Fechas
Horario
Del 19 al 22 de junio. (Dos horas diarias) De 10:00 a 12:00 horas
Número de asistentes 17 personas
Lugar de impartición Federación Asturiana de Empresarios. Fade. Aula de Formación. C/Pintor Luis Fernández, 2. Oviedo
Requisitos Ser periodista o licenciado en Comunicación. Tendrán preferencia los miembros de la APO
Tutores

 

Coordinación

Oscar Delgado, director de Soma Comunicación y Javier Montes Delegación en Asturias de Soma Comunicación

Yolanda Vázquez

Material Didáctico Programa de contenidos, PDF, PPT, Casos prácticos y asesoría

 

Para inscribirte en el II Taller de Aproximación al Social Media y el 2.0 debes entrar en la web www.asociacionprensaoviedo.com y rellenar la ficha de inscripción adjunta que, una vez cumplimentada, debes remitir al siguiente correo electrónico: yolandavazquezmartin@gmail.com. La inscripción se realizará por orden de recepción hasta agotar cupo y el plazo de presentación de solicitudes se extiende desde el día 1 de junio hasta el día 18 a las 15:00 horas. Al finalizar el taller se extenderá una diploma de asistencia de aprovechamiento.

Para descargar el impreso de inscripción, pincha en el enlace Ficha de inscripción

 

Depredadores de la libertad de expresión. Intervención de José Antonio Bron el día de la Libertad de Expresión

Lunes, 9 de mayo del 2011

Hoy, día 3 de mayo de 2011, celebramos el Día Internacional de la Libertad de Expresión proclamado por la Asamblea General de Naciones Unidas. La libertad de expresión y la libertad de información es un derecho de todo ciudadano porque no hay democracia sana sin una prensa plural e independiente y sin unos medios de comunicación que informen de forma veraz y objetiva.

Desgraciadamente, cada vez son más los depredadores de la libertad de expresión, la mayoría responsables políticos de un régimen hostil a las libertades, organizadores directos de campañas de violencia contra los periodistas. Los acontecimientos dan vértigo. Intentos de manipulación de los corresponsales, detenciones arbitrarias, expulsiones, prohibiciones de acceso, intimidaciones, amenazas y asesinatos se han convertido en algo cotidiano, con un fuerte aumento en los últimos meses.

Los números hablan por si solos: según el observatorio de la libertad de prensa dependiente de la Cátedra UNESCO, 94 periodistas murieron de forma violenta en 2010 y en los cuatro primeros meses de 2011, son ya 26 los profesionales muertos por ejercer libremente el periodismo y 151 los encarcelados, entre ellos el fotoperiodista Manu Brabo, detenido el pasado 5 de abril por las fuerzas de Gadafi y para el que exigimos desde aquí su inmediata liberación. Por cierto, que la Asociación Profesional de Fotoperiodista Asturianos ha convocado una concentración para el próximo jueves, cinco de mayo, a las 19 horas, en la Plaza Mayor de Gijón, al cumplirse un mes de su detención.

La tendencia a coartar la libertad de información también empieza a asentarse en países de tradición democrática. Sin ir más lejos, en España algunas iniciativas políticas parecen destinadas a levantar barreras a la libertad de información y de expresión, con el objetivo de minar la credibilidad de los profesionales y condicionar a los intereses de los partidos los principios de veracidad, objetividad, imparcialidad y pluralidad que debe regir la tarea periodística.

De todas estas iniciativas, la más perjudicial para la libertad de prensa es la reforma de la Ley Orgánica Electoral que impone la cobertura proporcional, con bloques electorales minutados, obligación que se ha extendido también a las cadenas privadas. Esta reforma puede fomentar potenciales atropellos a la libertad de prensa y al derecho a comunicar y recibir información libre y veraz durante el desarrollo de la campaña electoral. Desde la cada vez más frecuente convocatoria de ruedas de prensa sin preguntas, que rompe la configuración de lo que es una rueda de prensa, hasta la obligatoriedad de conectar con el canal oficial del partido, la clase política española se afana en convertir la información en propaganda.

Pero, también esta minando la libertad de información en España la ola de despidos de periodistas, la precariedad laboral y los pagos de miseria a los colaboradores por parte de los medios públicos y privados. La Asociación que presido pide a los gobiernos y a los partidos políticos que garanticen y promuevan la libertad de expresión y de información y dejen el criterio informativo en manos de los profesionales.

Los atropellos a la libertad de expresión no se limitan a épocas electorales y amplían su radio de acción a otros campos. La perdida de casi cuatro mil puestos de trabajo y las continuas regulaciones de empleo anunciadas por los grandes grupos de comunicación, facilitan el deterioro de la libertad de información por la brutal presión que ejercen sobre el periodista.

No quiero terminar sin solidarizarme con nuestros entrañables colegas latinoamericanos, sometidos a presiones intolerables en el ejercicio de su profesión, ejercicio que ha costado la vida a centenares de profesionales en los últimos años. La libertad de prensa en varios países latinoamericanos sigue siendo una asignatura pendiente y por eso, en noviembre del pasado año, firmamos en Oviedo con asociaciones iberoaméricanas el documento al compromiso por la Libertad de Expresión en Iberoamerica.

Manifiesto de Pamplona. En defensa de los valores del periodismo

Martes, 12 de abril del 2011

El periodismo vive tiempos convulsos, asediado por la crisis económica y de modelo, que a su vez ha producido una crisis de identidad y de valores, tanto en los medios como en los periodistas.

El adelgazamiento de las redacciones carga de trabajo a los que se quedan, por lo que apenas pueden contrastar la información que les llega. Además, cercena la iniciativa de los redactores para buscar información al margen de los circuitos establecidos y de la agenda marcada por quienes están interesados en señalar lo que debe llegar al ciudadano. Esta limitación de las condiciones de trabajo afecta al rigor de los contenidos y a los principios deontológicos de esta profesión,  como son la pluralidad, la independencia, la objetividad y la veracidad.

Hay desánimo y hasta miedo en las redacciones. Los editores se concentran en los despidos sin que se atisbe el más mínimo detalle del modelo sobre el que esperan sostener el negocio; los directores dejan a un lado el debate periodístico para hablar de nuevos perfiles tecnológicos encarnados en periodistas con sueldos ‘competitivos’. La alternativa se repite: salarios de bajo coste. Es decir, periodistas mal pagados, a los que, además, se les exige la cesión total de sus derechos de autor a la empresa. Pagar mal a los periodistas es exponerlos a las presiones, ya sean políticas o económicas, siempre prestas a debilitar la identidad profesional y a dinamitar sus códigos deontológicos.
Avanza el periodismo de corta y pega, de difusión de productos enlatados, de las ruedas de prensa sin preguntas, de la preeminencia del rumor sobre la verdad, de la proliferación de noticias sin verificar,  sin contrastar fuentes y que tiende a desbancar a la objetividad como valor clave en el ejercicio de nuestra profesión. También se hace visible el periodismo  de los que “calientan” los debates con comentarios agresivos, en ocasiones calumniosos,  para subir la audiencia. La deontología profesional se somete, hoy, a las leyes del mercado que imponen editores y directores y se sacrifica en aras del entretenimiento, del espectáculo. Las llamadas tendencias del momento fijan una agenda de noticias banales, que debilita el criterio profesional y roza en ocasiones el sensacionalismo y el esperpento.
En un intento de anular la profesión periodística, se aprueban leyes que tratan de convertir la información libre en un altavoz de mensajes políticos, cronometrados y de dudoso interés para las audiencias. La consecuencia es que los periodistas pierden peso en las redacciones y ellos y sus medios reputación entre la ciudadanía.  La marca pierde valor, la moral profesional languidece.

Ante esta situación,  la LXX Asamblea General de la FAPE reivindica el valor y la vigencia de los principios éticos contenidos en su Código Deontológico, y en su defensa, aprueba el siguiente Manifiesto:
1.- Los periodistas integrados en la FAPE se comprometen con la sociedad a mantener en el ejercicio de nuestra profesión los principios éticos y deontológicos que le son propios, como refleja el preámbulo del Código Deontológico, y  a defenderlos contra cualquier amenaza.
2.- El futuro son los contenidos, pero esos contenidos siguen necesitando periodistas que seleccionen, confirmen, contrasten, contextualicen  y expliquen las informaciones, ya sea en Internet, televisión, radio, papel, tableta, móviles o cualquier otra plataforma. Periodistas que cumplan escrupulosamente los principios éticos y deontológicos de su profesión y que alejen de ella, con su comportamiento, a los que caen en el amarillismo, el servilismo o el escándalo interesado.
3.- Los principios deontológicos de los periodistas no pueden supeditarse a los gustos del público o a la búsqueda de la audiencia a toda costa. La libertad de información tiene que ser la máxima posible, pero existen unos límites, y si se traspasan, podemos vulnerar los derechos fundamentales y la dignidad de las personas. Sólo la defensa del interés público justifica las intromisiones o indagaciones sobre la vida privada de una persona sin su previo consentimiento, como señala el Código Deontológico de la FAPE.

4.- La elaboración de información para diferentes soportes a la vez no es siempre posible ni es aconsejable en todos los casos. Si se trata de forzar esta práctica, redundará en perjuicio de los referidos valores y de la calidad de la información e, incluso, de los derechos laborales del periodista, si la remuneración no va directamente relacionada con todo el trabajo realizado.

5.-  Advertimos de que los recortes en las redacciones y la precariedad laboral facilitan las presiones contra la ética y la profesionalidad de los periodistas por parte de los propietarios de medios, de los distintos poderes y de las fuentes.

6.- El escenario digital ha cambiado el concepto de los derechos de autor y el contrato inicial de los periodistas con los editores.  En todo el mundo, surgen reclamaciones de distintos sectores ligados a la comunicación que demandan el reconocimiento de los derechos de autor por el uso y, sobre todo, la reutilización de sus trabajos. La FAPE considera que incorporar los derechos de autor a los convenios colectivos fortalece los principios éticos y deontológicos.

7.-Ante los cambios veloces e imparables que promueven las nuevas tecnologías,  la inversión en formación continua aparece como una de las grandes prioridades de la nueva era de los medios. Una formación  que la FAPE concibe en dos apartados: tecnológico y ético. Corresponde impulsar la primera a las asociaciones de periodistas, a los sindicatos y a los medios; la segunda, a las universidades.

8.-  Los medios digitales no necesitan inventar otra ética, ya que ésta no depende de los soportes o de modelos nuevos. La pluralidad, la veracidad, la objetividad y la independencia son robustas muletas en las que se apoya la ética, ya sea para los medios escritos como para los audiovisuales y digitales. La honestidad en el manejo de los datos, el rigor, la búsqueda de la verdad, el respeto a la intimidad y al honor de las personas tienen que abrigarnos siempre.
9.- Rechazamos de plano la manipulación informativa, venga de donde venga, la ordene quien la ordene, la cometa quien la cometa y tenga la finalidad que tenga, porque es un atentado contra los principios éticos y deontológicos de nuestra profesión, además de una reprobable estafa a los ciudadanos.

10.- Como un medio para promover la defensa del periodismo y de la calidad periodística, los gobernantes, primero, y el resto de políticos después, tienen que cortar inmediatamente el recurso a las ruedas de prensa sin preguntas y a las declaraciones enlatadas. En el caso de que se insistiera en esta aberrante práctica, los periodistas deben especificarlo en sus informaciones.

11.- En esta lucha para cortar las trabas al ejercicio periodístico,  la FAPE recuerda que los periodistas no son máquinas y que una de de sus principales funciones es decidir qué es noticia. Los periodistas pueden decidir profesionalmente que lo que declara un político en un “enlatado” no es noticia. Sería un gran avance que así lo hicieran.

12.- Como parte de su reivindicación de los valores profesionales, la  FAPE reitera su rechazo a la reciente reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, que condiciona la capacidad y autonomía de las televisiones privadas para difundir la información política durante las campañas.  Esta reforma reduce el derecho constitucional de los ciudadanos a la información veraz,  que se sustituye por propaganda,  e imposibilita el libre ejercicio del periodismo en televisiones y emisoras públicas y privadas. También rechazamos la censura a la que pueda dar lugar esta reforma electoral.
13.- Ante la proximidad de la campaña electoral para los comicios autonómicos y municipales,  la FAPE insta a los responsables de los medios televisivos a que adviertan a los espectadores de que están obligados a emitir determinada información, para cumplir la ley.


14.- Estamos muy preocupados por la premeditada mezcla de publicidad e información que crece en los medios. Y rechazamos que los periodistas participen en campañas con ánimo de lucro, ya que atentan contra el Código Deontológico de la FAPE, que establece en su artículo 18 que “se entiende éticamente incompatible el ejercicio simultáneo de las profesiones periodísticas y publicitarias”.

15.- Apoyamos la conversión de la Comisión de Quejas y Deontología de la FAPE en una fundación, para fortalecer su misión de garante del Código Deontológico. A este respecto, invitamos a los editores a que se adhieran a la Comisión como paso necesario para afianzar en las redacciones el criterio de periodismo de calidad que también ellos proponen.

16.-  Respaldamos el dictamen del Consejo de Estado sobre la eliminación de los anuncios de prostitución e instamos a los editores a que cumplan su compromiso de aplicar altos estándares éticos en la autorregulación de la publicidad, contenido en la Declaración de Madrid que subscribieron, junto con FAPE, el 4 de junio de 2010. La defensa de la ética también les incumbe.

Los grandes valores del periodismo no caducan. Estamos firmemente convencidos de que sólo el compromiso del periodista y de los editores con la ética y la deontología profesionales, cada uno en su ámbito particular,  puede abrir paso al periodismo de calidad que ambas partes reclaman como vía para superar la crisis.

En Pamplona, a 9 de  abril de 2011

Intervención de Luis Arias de Velasco en el acto 'Recuperando la memoria'

Jueves, 25 de noviembre del 2010
Luis Arias de Velasco, durante su intervención

Luis Arias de Velasco, durante su intervención

Presidente de la Asociación de la Prensa de Asturias, querido Juan de Lillo, autoridades, señoras y señores, amigos todos, muy buenas tardes.  

Hoy es un día especial, y muy emocionante para mi familia, en nombre de quienes tengo la satisfacción de pronunciar estas breves palabras y, por supuesto, también para mí. Por ello deseamos, en primer lugar, agradecer a la Asociación de la Prensa, y especialmente a todos los que conocisteis a Paco Arias de Velasco, este recuerdo a su vida y obra. Recuerdo, por cierto, único realizado hasta este momento, por lo que reitero de nuevo mi sincero agradecimiento y el de mi familia.

La fundación del periódico “La Nueva España” fue el acontecimiento de más relieve en su destacada carrera profesional. Pero fue también importante  la fundación de Radio Oviedo, desde donde, por cierto, en febrero de 1937 Paco hizo, por vez primera, la retransmisión en directo de un combate de guerra. También participó en la fundación del Real Oviedo, y formo parte de su primera Junta Directiva comandada por D. Carlos Tartiere. En fin, como con gran cariño relató Juan de Lillo, participó, desde primera línea, en todo evento significativo relacionado con su muy querido Oviedo.

Fue una persona excepcional y, por encima de todo, un periodista de raza, cuya dedicación y amor por la profesión se manifestaba en todas las acciones de su vida.

  A ese oficio, el de periodista,  dedicó su formidable sentido de la realidad, de lo que convenía como más justo y riguroso en cada momento y por encima de toda clase de advertencias, imposiciones o contrariedades. Creo sinceramente que fue un valiente, pues nadie vio nunca a Paco retroceder un paso ante la presión del poder, cualquiera que fuera la naturaleza de éste.

Pero más allá de su indudable buen hacer periodístico, Paco Arias de Velasco era todo un personaje. Y no me entiendan mal. Utilizo este término en su acepción académica, la que figura en el diccionario de la RAE: “Persona de distinción, calidad o representación en la vida pública”.

 

 Respecto a su vida pública, la que se asocia a su oficio, no tiene sentido que yo les haga un relato pormenorizado, porque ya lo ha hecho, extraordinariamente bien, en su glosa Juan de Lillo, a quién, de todo corazón, le agradezco  el cariño, amen de la erudición, que ha puesto en sus palabras.

Mi papel hoy, aquí, es  representar a quienes le conocimos y quisimos en un entorno más cercano, más familiar. A quienes compartimos con él la vida cotidiana  tras las paredes de un hogar.

Personalmente tuve la gran suerte de convivir con él durante varios años en los que fue,  más que mi mentor, un referente. Siempre quise, de mayor, ser como Paco, con su claridad de ideas y fortaleza para, como él,  dejar como estela de la vida un testimonio lleno de vigor y repleto de esperanza.

En la cabeza y en el corazón de Paco había siempre ilusión, fuerza y vida. Paco fue siempre  joven, sabía que el mañana es mejor que el ayer y esperaba el futuro con juvenil esperanza. Siempre estuvo con el tiempo que en cada momento le tocó vivir y nunca le oí hablar con nostalgia del pasado.

En una entrevista, por cierto realizada por Juan de Lillo con motivo de los 15.000 números publicados por el diario “La Nueva España”, en noviembre de 1983, cuando Paco contaba ya con 90 años, a una de sus preguntas contestaba:  “Yo miro poco para atrás porque la historia es la historia y ahí está como enseñanza. Prefiero mirar hacia el futuro, no de forma egoísta, sino pensando en el futuro común, en el de todos; de los que son de mi generación y de los que empiezan ahora y que serán hombres hechos y derechos en el siglo XXI”

Paco fue un hombre feliz, ¿cómo no lo iba a ser quien quemó su vida  por la libertad y la independencia de su profesión?.

Amaba las pequeñas cosas, e igual recogía  un pájaro, que un perro vagabundo, (aquellos que le conocisteis recordareis a su famoso loro y al perro  “Lin”, animal entrañable y leal que seguía a mi tío de casa a La Nueva España, y del periódico a casa, alegrándole sus últimos años),ese amor a las pequeñas cosas hacía que, con un destornillador en la mano arreglara, o lo intentara al menos, desde una antigua radio a cualquier juguete de los hijos de sus compañeros de redacción.

A lo largo de su vida supo crecer, ajustar sus aprecios y adaptarse a las distintas realidades políticas y sociales que vivió, lo que propició el respeto de quienes durante tanto años fueron sus compañeros en ese complejo, y maravilloso, mundo del periodismo. Y también, el de todos aquellos que participamos en las alegrías y sinsabores de las relaciones familiares, aunque, todo hay que decirlo, sus últimas declaraciones públicas fueron mal recibidas por algunos antiguos correligionarios, más partidarios de dar culto a los muertos que confianza a los vivos.

Volviendo a la definición de la Real Academia, mi tío Paco era persona de distinción. Y a este respecto, y con ello acabo, voy a referirles una anécdota que siempre cuento, porque creo que ilustra muy bien su particular forma de ser.

Todos recordareis que era un hombre desprendido, poco interesado en las cosas materiales, y, sin embargo, acostumbraba a decirme: “Mira, Gonzaga, lo importante en esta vida es tener coses”.

 A mí me extrañaba profundamente esa aseveración, proviniendo de quien venía, y así un día le pregunté:

Paco, cuando hablas de “tener coses”, ¿a qué te refieres?, ¿a tener un buen coche, un gran chalet , mucho dinero…?

No, nin no, me contestó. “Tener coses” es llegar a un punto en tu vida en el que puedas decir todo lo que te apetezca y a nadie le parezca mal, pues todos piensan “son coses de Paco”. Así era Paco, distinto, distinguido, con distinción.

Paco estuvo atado,  no podía ser de otra forma, a las contradicciones de una época difícil en la que Oviedo, por un lado quería volver a ser lo que el tiempo y los avatares de la guerra ya no harían posible y, por otro, reinventarse a si mismo, como si se pudiera prescindir fácilmente del peso de una historia milenaria en la que incluso se fue Corte.

A partir de ahí fue capaz de coger lo mejor de las dos posiciones y propiciar un ”espíritu ovetense” que, sin renunciar a nada de lo que fue, sabia que lo mejor estaba por llegar y que para ello era imprescindible contar con los mejores y con aquellos que, sin olvidar de donde venían, abrían cauces nuevos frente a los que practicaban la intolerancia y la exclusión.

Con la ironía, y ese cierto distanciamiento, que tanto practicó y contribuyo a difundir y que, junto a otras características, forma parte indeleble del “ser ovetense” fue, conciente o inconscientemente,  durante mucho mas de cincuenta años no solo  notario de una época, sino que incidió, muy significativamente, para que esa época se desarrollara como se desarrolló.

De ese resultado, casi todos los que hoy estamos aquí,  creo que somos  deudores.

Muchas gracias por vuestra atención

Discurso de Juan de Lillo en el acto de recuerdo a Francisco Arias de Velasco

Jueves, 25 de noviembre del 2010

Juan de Lillo (derecha), durante su intervención

Juan de Lillo (derecha), durante su intervención

PACO ARIAS DE VELASCO

Aunque no son las circunstancias ni el caso, voy imitar a los entrevistados sabihondos y suficientes que responden al entrevistador eso de: me alegro de que me haya hecho usted esa pregunta Así que yo también me alegro de que la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa me haya hecho el encargo de hablar de Francisco Arias de Velasco, porque, como decía el título de una de las secciones más leídas de la desaparecida revista Selecciones del Reader Digest, es mi personaje inolvidable, cuya figura ha sido injustamente preterida, siendo como fue una de las personalidades más relevantes del periodismo asturiano en unos tiempos nada fáciles, especialmente para los periodistas cuyo medio natural es la libertad que, con la permanente búsqueda de la verdad, forman los pilares sobre los que, por definición, debe asentarse nuestro compromiso con la sociedad. Y creo que ésta será la primera vez desde el 12 de abril de 1986, fecha en la que falleció, que alguien va a hablar en público de Paco Arias de Velasco con el tiempo suficiente, y no en una cita volandera de prensa, para ofrecer una aproximación, solamente una aproximación, a la figura de quien fundó dos semanarios, El Lunes y Carbón; un diario líder, La Nueva España, y una emisora, Radio Oviedo, que en sus mejores tiempos ocupó un lugar privilegiado en la radiofonía regional. Por todo ello, está en la más elemental y rigurosa lógica que debiera ocupar un lugar en la historia de la ciudad y de la región, aunque hasta ahora los políticos y la sociedad ovetense se lo han negado, aunque creo intuir por qué y puede que logre darles algunas de las claves.

Después de su cese en la dirección de La Nueva España, en septiembre de 1964, solía ir a su casa de la calle Campomanes a tomar  café y conversar con él antes de ir al periódico. Hablábamos de lo divino y lo humano, como siempre, aunque no logramos arreglar, como se ve, ni la ciudad, ni Asturias ni el país ni el mundo. Y en algunas ocasiones, dejaba el coche frente al portal, él bajaba con dificultad las escaleras y recorríamos las zonas nuevas o en construcción, porque no quería perder los cambios que se iban produciendo en la ciudad.  Después de su muerte, un día me llamó Maruja, su viuda, para invitarme a tomar un café como solía hacer, y antes de irme me entregó una pequeña carpeta de cartón, de esas de pastas rojas y dos gomas de cierre, y me dijo que Paco le había dicho en muchas ocasiones que cuando él faltara quería que yo conservara los documentos que contenía. A ella se le humedecieron los ojos y yo me emocioné, porque me pareció un rasgo de confianza que yo distaba de merecer. Tomé la carpeta y aquella misma noche repasé  uno a uno los documentos de aquel legado. Y comprobé que allí estaba una parte importante de su vida profesional, resumida en muy pocos papeles, todos en perfecto estado de conservación, aunque algunos con el leve velo de pátina que iba dejando en ellos el paso del tiempo.

AQUELLA TARDE EN LA NUEVA ESPAÑA

Ví por primera vez a Paco una tarde gris de los primeros días de febrero de 1962. Entramos Graciano y yo en la Redacción para hablar con Juan Luis Cabal,  recomendados, porque queríamos ser periodistas. Nos habían dicho todos a los que preguntamos, que entrar en La Nueva España no es que fuera difícil, sino empresa imposible. Pero el no ya lo teníamos y forzamos la situación para ver qué lográbamos, porque si conseguíamos algo, habíamos dado un gran paso frente a aquel muro imposible del que nos hablaban.

Y mientras conversábamos con Juan Luis cruzó la Redacción Paco, y Cabal le dijo: Mira, estos chavales quieren ser periodistas. El director se detuvo y nos miró detenidamente a través de sus gafas cabalgadas sobre su gruesa nariz y apenas prendidas de sus grandes orejas, y le respondió: pues que se  preparen y estudien, porque va a hacer falta gente en la casa. Y siguió su camino con una caja de puros en las manos en la que guardaba, lo supimos después,  algunas de las viñeras de las páginas de la edición dominical. Me llamó la atención su figura menuda, en mangas de camisa y tirantes, ligeramente encorvado desde la cintura, de modo que daba la impresión de que estaba articulado y que eran los tirantes los que sostenían la mitad inferior de su cuerpo. Tenía una voz fuerte y con el tiempo conocimos su verdadera potencia cuando se alteraba, que solía ocurrir cuando alguien intentaba mediatizar, influir o publicar una información inexacta o incierta mediante presión o influencia.

Aquel día Graciano y yo pusimos medio pie en el periódico, porque nos permitieron escribir desde el concejo de Aller, que era un primer paso. De colocar los dos pies se encargaron las circunstancias que nos fueran favorables, porque justo en aquellos momentos empezaba a producirse el cambio generacional en la Redacción y nosotros tuvimos la gran suerte de estar en el lugar exacto en el momento justo, y nunca mejor dicho.

Solamente convivimos dos años con Paco, pero fueron suficientes porque, a pesar de que ya tenía sesenta y nueve, lo conocimos en plenitud de su ejercicio como director y con sus principios como periodista intactos, aquellos que habían hecho posible que el periódico, como decíamos siempre, a pesar del yugo y las flechas en su cabecera y en una región que dicen de izquierdas, se erigiera en líder de la prensa regional, frente a tres diarios de empresas privadas y con la teórica limitación de su dependencia política. Pero eso fue posible, tal vez junto con otras causas propias de un estudio sociológico en toda regla, porque Paco le transmitió los principios básicos de su ideario como periodista: la independencia, el empeño de la libertad y la búsqueda de verdad, unidos a la austeridad franciscana como práctica personal, de la que se derivó su forma de entender el periodismo, en el que no fue pequeña la contribución de su generosidad.

ABOGADO, REPRESENTANTE Y PERIODISTA

Paco había nacido en Oviedo el día de Navidad de 1893 en el seno de una familia carlista, en la que destacó por su dimensión jurídica Jesús Arias de Velasco que sustituyó a Clarin en las clases de Derecho Natural y que más tarde obtuvo por oposición la cátedra de Derecho Administrativo; fue vicerrector y rector de la Universidad ovetense, cargo que abandonó cuando el general Primo de Rivera tomó el poder, en 1923. El socialista Fernando de los Ríos lo llevó al Tribunal Supremo para presidir su Sala quinta. En 1936 lo asesinaron unos milicianos, no sin antes haber dado muerte a sus hijos en su presencia.  Don Sancho, padre de Paco Arias de Velasco, ocupó el cargo de magistrado en la ciudad y fue figura querida y respetada.

Paco estudió Derecho y se inscribió en el Colegio  de Oviedo para ejercer como abogado en su ciudad natal. Y en una hoja de papel de barba fechada el 1 de julio de 1941, él mismo resumió bajo juramento su biografía, sin duda para cumplimentar alguna formalidad burocrática. En esas apretadas treinta y cinco líneas mecanografiadas, dice que cuando se inició la guerra civil se dedicaba al negocio de representaciones comerciales y era copropietario y director de El Lunes, un semanario deportivo, que desapareció cuando él y los redactores fueron movilizados.

La de Paco había sido una vocación de juventud que comenzó a adquirir consistencia profesional en 1923, año en el que La Voz de Asturias salió por primera vez a la calle el día diez de abril. Él fue uno de los redactores fundadores y permaneció en su plantilla durante varios años, hasta que ingresó en El Carbayón, periódico ya veterano, donde estuvo solamente unos meses porque se incorporó a Región como redactor-Jefe, diario que también había aparecido aquel mismo año 1923. Pero era un auténtico culo inquieto y pasado algún tiempo regresó a La Voz de Asturias a cuya Redacción perteneció hasta 1935.

Paco participó activamente en el nacimiento del Real Oviedo de la fusión del Stadium y el Deportivo, los dos clubs rivales de la ciudad que unieron sus fuerzas porque tenía poco sentido la división dentro de la ciudad, y, sobre todo porque tenían como gran adversario común al Sporting, equipo casi invicto durante los primeros años de existencia de la liga regional. Efectivamente, el 26 de marzo de 1926 se celebró en la redacción de La Voz de Asturias la reunión fundacional a la que asistieron los comisionados de una parte y otra, que previamente habían establecido las condiciones de la fusión, denominación del nuevo Club y los colores de su uniforme. Finalmente firmaron el acta constitucional y una vez elaborados los estatutos fue designada la nueva junta directiva, presidida por Carlos Tartiere, en la que Paco Arias fue vicesecretario y en la que figuraron como directivos personalidades relevantes de la vida de la ciudad, como Pedro Miñor, Antonio Moreno Luque,  Luis Botas Rodríguez, José Álvarez-Buylla, Francisco Bruck, Calixto Marqués, Benito Álvarez-Buylla, Evaristo Menéndez, etc.

VOLUNTARIO EN LA DEFENSA DE OVIEDO

Y FUNDADOR DE LA NUEVA ESPAÑA

A partir de 1935 en que abandonó La Voz de Asturias, compatibilizó su actividad comercial con el ejercicio del periodismo en El Lunes, el semanario deportivo fundado por él y desde el que, como él mismo escribió en su breve biografía, realizó activas campañas contra el Frente Popular. Aquel año previo al estallido de la guerra y posterior a la Revolución de 1934, fue un tiempo comprometido políticamente en el que los españoles empezaron a tomar partido por cada una de las dos Españas en las que nuestro país había empezado trágicamente a dividirse, cada una para defenderse de la otra,  y que habrían de romper el corazón de todos, en verso de Antonio Machado, durante demasiado tiempo.

En abril de 1936 se afilió a Falange y el 18 de julio se presentó voluntario para la defensa de la ciudad. Se incorporó a la 42 compañía de Asalto en la que alcanzó el grado de sargento e intervino en los combates que se libraron durante al cerco a la ciudad. Por su participación en la primera línea del frente le concedieron la medalla militar individual, la laureada colectiva de San Fernando, la medalla militar colectiva, la medalla de Oviedo, una medalla de campaña, dos rojas y dos de guerra, según figura en su breve biografía mecanografiada, condecoraciones que reconocen su arrojo como soldado que no rehuyó el peligro de las trincheras como después no rehuyó ninguno de los riesgos, que fueron muchos, que se le presentaron en su ejercicio como director de La Nueva España, que había comenzado a publicarse el quince de diciembre de 1936, en pleno cerco de la ciudad, con el fin de mantener elevada la moral de los sitiados. Y alternó durante ese tiempo la trinchera con las tareas en el periódico, complicadas y arriesgadas por la situación que vivía la ciudad.

Sin embargo, Paco no fue oficialmente director del periódico, curiosamente, hasta algunos años después. Exactamente en el mes de septiembre de 1942 en que el delegado nacional de Prensa le remitió un oficio en el que le anunciaba el envío de la acreditación, que le llegó quince días más tarde en una hoja de papel de barba escrita a máquina con membrete de la Delegación Nacional. El documento dice que Acreditada su facultad y comprobados sus servicios por la causa de España, se le extiende este título de director del diario La Nueva España, aunque con la condición añadida de que siempre que continúe al servicio de nuestra Patria. Hasta ese momento ejercía como jefe de los Servicios de Prensa, cargo que debía llevar aparejado el de director del periódico. Pero una vez normalizadas las cosas, en la empresa procedieron a normalizar su situación profesional.

Hubo, sin embargo, un proyecto que no llegó a cuajar y del que nunca se habló en el periódico ni en ningún otro lugar, que yo sepa, ni en los ámbitos del partido único ni en los medios de la izquierda. Ese proyecto figura en un oficio fechado el 16 de abril de 1937 en Grado, donde estaba el cuartel general de Aranda. Lo firmaba el delegado del Estado de Prensa y Propaganda en Asturias, de nombre ilegible, y  figura entre los documentos que me entregó la viuda de Paco. El texto dice: Tengo el honor de poner en su conocimiento que el diario de Falange Española titulado “La Nueva España”, se denominará  en lo sucesivo “AVANCE”, en cumplimiento de órdenes de la Jefatura Nacional de Prensa y Propaganda de la Falange. Pienso que aquella sorprendente propuesta debió producir una más que notable confusión entre Paco y el resto de su gente, y creo que debieron ser ellos mismos los que disuadieron a la jefatura del cambio de nombre, que nunca llegó a figurar en la cabecera. El equipo de redacción y de los talleres procedía de los diarios locales, cerrados durante el asedio, incluso del socialista, titular de la verdadera cabecera de Avance, a varios de los cuales protegió y mantuvo escondidos en la propia Redacción o acreditados como gente de la situación con documentos avalados con su firma.

PRIMER COMBATE DE GUERRA RADIADO

Paco Arias fue un hombre muy inquieto y un periodista muy creativo, que  fundó, como ya señalé, además de El Lunes y La Nueva España, Carbón cuya vida se prolongó, cada lunes, desde mayo de 1938 hasta 1950 en que la Asociación de la Prensa ovetense impuso su derecho e inició la publicación de Hoja del Lunes, desaparecida en los primeros años noventa del siglo pasado, cuando La Nueva España decidió salir a la calle los lunes. Y también, durante el cerco de Oviedo echó a andar la emisora de radio “F.E.T. – 22, que ya concluida la guerra pasó a llamarse Radio Oviedo y más tarde La Voz del Principado de Asturias. Finalmente, ya en la etapa democrática, se integró en Radio Nacional.

Durante aquellos primeros días de la emisora se produjo un curioso hecho, tenido por algunos como caso insólito, y seguramente con fundamento. Yo se lo oí contar al propio Paco Arias. Cuando el cuartel general de Aranda pasó a establecerse en Grado, una vez abierto el pasillo hacía el occidente, el general llamó a través de la emisora para interesarse por asuntos como la marcha del periódico y por el estado de la población civil. Entre Aranda y Paco Arias se estableció una conversación aceptablemente fluida para los tiempos, y cuando le preguntó por la moral de la gente y la situación del frente, Paco le dijo:

– Espere un momento que ahora va oír usted cómo andan las cosas, y le sacó el micrófono por la ventana para que pudiera escuchar los bombardeos y tiros de la fusilería de los contendientes.

¿Lo oye bien, mi general?

– Si, con toda claridad.

Pues así están las cosas, le dijo finalmente Paco.

Y dicen que fue el primer combate de guerra que se transmitió a través de las ondas. Al menos en la redacción de La Nueva España siempre se tuvo como un hecho sin precedentes.

Menos épico fue el hecho ocurrido en los primeros tiempos tras la conclusión de la guerra, cuando a través de la emisora comenzaron a ofrecer programas con las tradiciones y costumbres de la región como argumento. Eran actuaciones en directo, porque todavía no habían llegado los magnetófonos. Y un día decidieron que acudieran un gaitero y un tamborilero para ofrecer una sesión. Pero en el ensayo, pronto descubrieron que el tambor perturbaba con sus sonoros redobles los melancólicos quejidos de la gaita y en un aparte con los encargados del programa, Paco decidió que actuara solamente el Gaitero. Tomó al tamborilero del brazo, lo metió en un segundo estudio y lo animó a que explayara allí sus repiques de virtuoso. Todo fue normal: el gaitero dio su concierto tras el cual, ya fuera del micrófono, continuó la charla sobre las bondades y dificultades de la gaita, etc., etc. Y al cabo de un buen rato Paco se acordó de que tenía al tamborilero concentrado en la soledad del otro estudio y corrió en su auxilio. Contaba el propio Paco que cuando llegó, aquel hombre estaba sudoroso y a punto de derrumbarse, pero se mantenía en pie con gran pundonor, porque estaba convencido de que estaba dando a través de la radio el concierto de su vida.

Se decía en la Redacción que cuando Paco dirigía la emisora y el periódico pasaba el día escaleras arriba y escaleras abajo con un destornillador y una llave inglesa en los bolsillos. Y si era preciso, porque faltaba algún locutor, se colocaba ante el micrófono para leer la guía comercial. Aunque su falta de hábito le hizo cometer algún lapsus linguae,  como cuando en vez de leer Óptica Dubosc, gafas y discos, leyó: Óptica Dubosc, dascas y guifos. El periodismo fue su vocación y la radio su debilidad, aunque, como se ve, con una evidente deficiencia para la locución.

NADA PARECIDO CON LA REALIDAD

La Nueva España desde los primeros tiempos de la posguerra se situó a la cabeza de la prensa regional gracias al esfuerzo, visión y capacidad profesional de Paco Arias y de quienes trabajaron a su lado, tanto en la redacción como en los talleres. Pero no ocurrió así en la administración con la que mantuvo entonces un pulso permanente e irreconciliable. Por eso parece un milagro el éxito creciente del periódico, a juzgar por los documentos de Arias de Velasco que ponen en evidencia que fue a los hombres de la redacción y de los talleres y no a las insuficientes máquinas ni, al parecer, a la administración, a los que se debió principalmente el éxito del periódico.

Algunas pruebas, hubo otras anteriores y posteriores, están en las respuestas a las cartas que le llegaban de la Dirección de Publicaciones de Prensa del Movimiento. De febrero de 1953 data una firmada por F. Guillén Salaya en la que le decía textualmente: me es grato felicitar a esa publicación por los resultados conseguidos en el ejercicio pasado que le han llevado a lograr las cifras previstas por nuestro estudio económico, e incluso superarlas, siendo motivo de satisfacción para esta gerencia poder contar con personal tan eficiente.

Y, como las cosas iban bien, le dice a renglón seguido: hemos llegado a la conclusión de que la meta que debe servir a ese periódico para el presente ejercicio debe ser de millón y medio de pesetas de beneficio, que esperamos se logre de la misma forma que en el anterior. El periódico alcanzó al año siguiente aquellos resultados propuestos, y en la gerencia de Madrid los calificaron nuevamente de excelentes y el firmante de la carta, Juan José Pradera, le decía que me es grato transmitirte esta felicitación, que deseo hagas extensiva a todo el personal que trabaja a tus órdenes.

Las felicitaciones siguieron con elogios para la eficacia de la línea observada hace muchos años. La Nueva España, decía, es un periódico regional completísimo. Admirable su continuidad en las distintas secciones que trata. Y a continuación, la de cal, lamentaba el retraso en la salida, fechas que suelen coincidir con los días que lleva mayor número de páginas, etc., etc. Y concluía diciendo que convenía atajar aquellas anomalías cuanto antes.

Y ese fue el momento en que Paco aprovechó para enviar un informe sorprendente, en abierta contradicción con los elogios y la aparente buena marcha de todo, según la satisfacción y complacencia de Madrid. En su respuesta Arias de Velasco hace una introducción dura en la que pide al gerente nacional, Guillén Salaya, que lo lea con calma  y tenga en cuenta los males que en ella se apuntan para tomar urgente remedio y, dice, con el pensamiento puesto en la obra de diecisiete años y en todo el esfuerzo y los muchos sinsabores que llevo conmigo. Y, añade que no le empujaba interés personal alguno sino, exclusivamente, el periódico, porque me duele el daño y veo el peligro que encierra para La Nueva España. El peligro al que se refería era una carencia o precariedad de medios técnicos y humanos inaceptable, grave situación de la que culpaba a la Administración del periódico, y concretamente, al administrador que practicaba la usura y la tacañería enfermiza, porque cada peseta que ahorraba suponía la pérdida de cinco, y por la falta de medios, la mala organización del trabajo y, en consecuencia, la salida tardía del periódico. Y ponía especial énfasis en que había que acabar con la cicatería sañuda de la Administración, más por molestar, decía, que con espíritu de servir al periódico.

Como muestra de esa situación que vivía La Nueva España, de la que siempre se dijo que su posición en el mercado asturiano se debía al apoyo constante del Estado y de las instancias de Madrid, voy a transcribir un párrafo que contradice aquella falacia y tal vez deje perplejo a quien lo oiga:

Por lo que se refiere a la Redacción, escribía, la cosa alcanza extremos ciertamente indignantes. Ni de sillas disponemos y en cuanto se juntan más de cuatro periodistas hay que guardar riguroso turno. Se envía a la Administración un vale para un frasco de tinta, se queda con el vale y manda a un empleado para llenar los tinteros y volver a llevárselo. Igual ocurre con las cintas de máquina y teletipos. Muchas noches tenemos que quitárselas a aquellas para ponérsela a éstos. Pero la cosa aún adquiere tonos más sangrantes cuando Paco en su informe dice que sólo hay tres máquinas de escribir: una Underwood con cuarenta años de servicio, que yo aún llegué a conocer en la Redacción, y dos Torpedo, con diez y siete años, respectivamente. Y, como caso paradójico señalaba que los arreglos son más costosos de lo que valen las propias máquinas. En estas condiciones y con esos medios de trabajo, que persistieron durante años, que La Nueva España fuera líder en la región parece verdaderamente cosa de taumaturgos. Pero, el esfuerzo de la Redacción y de los talleres, y la permanente ofensiva de Paco sobre Madrid consiguieron, finalmente, dar moderadamente la vuelta a la situación y las cosas mejoraron un poco.

INDEPENDIENTE, AUSTERO Y LIBRE

Paco era un hombre rebelde y, como se ve por lo que dicen los informes, no callaba lo que necesitaba decir ni dejaba de criticar a quien debía. Pero lo hacía para mejorar el periódico, y queda claro que vivía con la cuerda al cuello echada desde dentro, y en ningún momento protestó, ni entonces ni después, para conseguir beneficios personales. Porque era hombre de vida austera y como ejemplo baste decir que siendo el director de La Nueva España, cualquier concesionario le hubiera ofrecido en muy cómodos plazos un utilitario, Renault 4-4 o Seat-600, lo que había entonces, pero se decidió por una modesta moto Lambretta que, naturalmente, abonó en plazos cuyo pago concluyó en septiembre de 1961, fecha en que la empresa le extendió un certificado por haber adquirido ya la plena y definitiva propiedad. Su itinerario era siempre el mismo: a las tres de la madrugada, o más tarde, de la calle Asturias, 9,  a la calle Campomanes, 25, y a las cinco de la tarde el camino inverso.

Era un hombre del régimen aunque muy atípico, moderadamente decepcionado y enormemente crítico, que se mostró siempre rebelde y riguroso. Y como periodista y director del periódico destacaban dos condiciones básicas que en aquellos tiempos podían parecer de ejercicio imposible: un gran empeño para mantener su independencia y el intento permanente de llegar a la verdad en la información a través de la libertad, aquella que podía ganar cada jornada al difícil corsé de la dictadura. Y fue así, porque antes que cualquier otra cosa se sentía periodista y quiso ejercer el periodismo con riesgo, y es cierto que corrió muchos, hasta que a fuerza de ir el cántaro a la fuente se le acabó rompiendo.

Para mantener su independencia renunció a la vida social activa, de la que había participado antes de la contienda civil. Renunció a su tertulia del Peñalba y a cualquier otro cenáculo, porque no quiso sentirse en modo alguno mediatizado por la influencia y presiones de los contertulios, parientes o amigos de los contertulios ni por el espíritu envolvente del Oviedín del alma, del que no participaba aunque siempre se mostró como ovetense en ejercicio. Y se encerró en la Redacción, porque conocía muy bien a la sociedad ovetense y sabía hasta qué punto le hubiera llegado el acoso. Y se resistió a todos los intentos de intromisión de los órganos del Movimiento en Asturias en la opinión o información del periódico. En este sentido, el vicesecretario de secciones del Movimiento, Juan José Pradera, le envió una carta en junio de 1956, que no eran tiempos ciertamente de apertura, en la que le dice que la Comisión Política permanente del Consejo Provincial del Movimiento de Asturias acordó someter a la superioridad la conveniencia de crear una comisión política de redacción que marque al periódico la dirección que debe seguir para mayor eficacia política. No lo consiguieron, ni los miembros del Consejo Provincial de entonces ni los sucesivos. Nunca dejó, ¡qué más quisieran!, repetía enérgico por la Redacción, que nadie influyera ni presionara en la información ni en la opinión del periódico. Y  cuando llegamos Graciano, Evaristo, Rubén, Carcedo, Vélez y yo al periódico, todavía se repetía la frase acuñada por él: eso, a la papelera con mucho cuidado cuando llegada una carta o consigna del Consejo Provincial. Y, curiosamente, él fue el periodista que recibió el primer Premio Balmes en 1956, recién creado, dotado con cincuenta mil pesetas, por tu destacada trayectoria y, en especial, en La Nueva España, decía el oficio en el que se lo comunicaron.

EN EL CAMINO DE LA LIBERTAD Y DE LA VERDAD

Pero hubo, sobre todo, dos momentos reveladores que voy a citar porque fui protagonista y testigo, en los que Paco Arias de Velasco se mostró como periodista y director de cuerpo entero, rebelde, amante de la verdad y del ejerció de la libertad, y que arriesgó al traspasar con creces los límites que permitían las circunstancias y que nadie aquí se había atrevido a rebasar. Y tanto arriesgó que, como llovía sobre muy mojado, le costaron la dirección del periódico.

Ocurrió que en la comisaría de la Policía Municipal de Gijón solían maltratar a no pocos ciudadanos. Era una práctica habitual y un día se llevaron de mala manera a un ciudadano llamado Tessier, al que acusaron de saltarse un semáforo. Dentro ya del recinto policial le dieron una paliza que lo llevó al sanatorio. Estaba recién operado del riñón y esa circunstancia agravó su estado de salud. Nos enteramos y fuimos Vélez y yo al sanatorio del Carmen. Estaba tirado en la cama y con cierta dificultad nos contó su calvario, que publicamos con varias fotos en las que aparecía con su cara tumefacta y el cuerpo cruzado de heridas de los golpes, que incluso recibió a la entrada de un policía que pintaba el local y le sacudió con la brocha. Cuando el relato y las fotos salieron en el periódico, con llamada en primera página, se armó un lío descomunal porque nunca un periódico, al menos en Asturias, se había hecho eco de un acontecimiento tan brutal, ocurrido en un recinto en el que, teóricamente, debía velarse por la seguridad de los ciudadanos. De nuestro viaje habíamos avisado a Cepeda, redactor-jefe, y Paco se enteró cuando Vélez había revelado las fotos y yo escrito el texto. Naturalmente vio nuestro trabajo y dijo que  había que publicarlo,  porque aquel era un acto de brutalidad humillante e intolerable y la opinión pública debía conocerlo.

La situación de Paco ya era ya precaria en aquellos días de octubre de 1963, porque el acoso para su derribo era incesante e implacable, pero nadie se atrevía a tomar la decisión final. Aquella misma mañana de la publicación el Gobierno Civil nos convocó para tomarnos declaración en un expediente abierto sobre el caso. Yo fui a ver a Paco para decirle que en la declaración dijera que nosotros éramos los responsables que  habíamos publicado el reportaje sin su conocimiento. Fue un intento vano y una ingenuidad, porque me dijo: No, nin, no. El director del periódico soy yo, y yo soy el responsable de lo que se publica. Tú vete y declara que yo  os envié a Vélez y a ti Gijón.

Efectivamente, él declaró y yo declaré y allá quedaron nuestras declaraciones. Pero Paco envió un informe a Madrid en el que no hay una sola línea de desperdicio, en el que queda reflejada su personalidad indómita, su defensa del periódico y de su línea, y de su búsqueda de la verdad en la información, ocurriera lo que ocurriera. Y ocurrió.

Voy a limitarme e reproducir algunos de los párrafos de aquel informe que corroboran cuanto he dicho sobre nuestro hombre:

Dice: Conocida es la atmósfera imperante en Asturias a causa de la mano ligera con que proceden algunos de los encargados de mantener un orden que nadie ha tratado de alterar. Esta atmósfera estaba especialmente cargada en Gijón, donde unos agentes urbanos, mandados por un sargento retirado del Ejército en el que actuó después de la liberación de Gijón, cometían incorrecciones a granel y daban frecuentes palizas a los detenidos por cualquier infracción municipal y a poco que el interesado protestara contra su detención. No fue suficiente que la Audiencia de Oviedo condenase a varios agentes por malos tratos y que el Supremo confirmase este verano pasado la sentencia. Diríase que la condena exacerbó los ánimos. Las bofetadas, los puñetazos y patadas continuaban dentro del recinto y de ellas fueron víctimas personas de todas las clases sociales, desde médicos y un sacerdote, abofeteado en plena calle, hasta el más humilde. En varias ocasiones quisimos llamar la atención, pero no pudimos hacerlo por falta de pruebas. Los ofendidos de cierta categoría no querían ser piedra de escándalo y que sus nombres figurasen en los periódicos, y los humildes tenían miedo a desatar más las iras y pagar sus denuncias en la primera oportunidad de detención. Y en esto estábamos cuando surgió el caso Tessier. La noticia de lo corrido fue la comidilla de Gijón, pues el herido era conocido y gozaba de muchas amistades.

Cuenta que nos envió a Vélez y a mí, y describe minuciosamente lo que ya relaté sobre el caso. Pero en su escrito Paco se refería también a que en la investigación del expediente abierto el Gobierno Civil intentaba averiguar, cito una vez más textualmente, si Tessier mediante pago había pedido la publicación del reportaje en cuestión. Una aclaración completamente inútil, pues los veintidós años que llevo en la dirección de La Nueva España, y mi ya larga vida de periodismo, acreditaban de sobra la pureza de conducta reflejada en la línea mantenida por el periódico desde su fundación.

Y decía en otro párrafo posterior, que rebela, insisto, el talante del personaje y su actuación como periodista y como director del diario que él mismo había fundado: La actualidad ha enfrentado a La Nueva España con este dilema: o entrar dentro del círculo de la impopularidad en que se debaten organismos y determinadas personalidades regidoras de los destinos astures, con ánimo de envolverlo todo en el silencio cuando no en los elogios inmerecidos, o salirse fuera de él manteniendo la línea de conducta que desde su fundación ha sostenido sin desviaciones. Lo primero sería, indudablemente lo más cómodo, pues todo se reduciría a bailar al son que tocan; lo segundo es marchar por un camino lleno de dificultades y disgustos, pero el único para mantener la línea de conducta que el periódico ha conseguido desde su fundación y que le ha valido el prestigio del que goza en la actualidad en esa marcha ascendente que asombra a unos y otros. Mientras en las alturas se habla de libertad de movimientos, de necesidad de crítica y de máxima responsabilidad de los directores, aquí en Asturias no es posible abrir la boca sin que al momento el más insignificante personajillo se levante airado y asombrado de que se enjuicie su labor, motejando a sus contradictores de enemigos del régimen. No hay modo de convencerlos de que no pueden seguir en la impunidad y que la misión de un periódico es, precisamente, esa: la de fiscalizar la acción de quienes tienen en sus manos la gestión pública.

Esta es la línea de aquel alegato y como muestra me parece suficiente, aunque también pienso que es una auténtica lección de periodismo que no ha perdido un ápice de actualidad.

EL CASO DE VEGADEO

El segundo caso de esta muestra que me parece suficiente para conocer quién fue Paco Arias, ocurrió en agosto de 1964 a propósito de un supuesto festival de la canción de Vegadeo, que, en realidad, no fue más que la comparencia en el escenario de la pista de baile de aquella villa del occidente, de unos cantantes que pasan de un pueblo a otro haciendo bolos veraniegos. Y así lo denunció la información que publicaron Diego Carcedo y José Vélez. Se levantó en armas el alcalde y de la polémica entre festival sí o festival no, en la redacción de La Nueva España se elaboró una información cuyo titular era Vegadeo necesita otro alcalde. Pero en el debate de si era excesivo o no, Luis Alberto Cepeda, redactor-jefe y autor del titular, decidió rebajarle grados situándolo entre interrogaciones: ¿Necesita Vegadeo otro alcalde? Fue como si hubiera hecho explosión un paquete de goma-2, porque el sátrapa provincial no podía tolerar que alguien osara expresar una opinión, aunque fuera de política menor, y a partir de ese momento, el gobernador Civil, Mateu de Ros, echó a andar la maquinaria que acabó con la destitución de Paco Arias. Decisión que le comunicó el director técnico de la empresa, Jesús Vasallo, en una carta inundada de elogios de la más babosa retórica para en la línea 31 comunicarle que El jefe provincial y gobernador civil ha dirigido una amplia carta al delegado nacional en la que plantea la necesidad de reorganizar nuestro periódico y solicita tu salida de la dirección. En aquella polémica que el periódico mantuvo con el alcalde vegadense intervino La Voz de Asturias, sin que tuviera nada que ver en el asunto, porque la nueva empresa de entonces, encabezada por el gallego José Amado de Lema, creyó que azuzando el debate podría rendirle algún beneficio. Un intento fallido.

Para suceder a Paco Arias, esta fue la cara buena del suceso, nombraron a Juan Ramón Pérez Las Clotas, hombre de la casa y su más estrecho colaborador. La despedida de Paco y la toma de posesión de Clotas se celebraron en la Redacción del periódico y fue el acto más desagradable, bochornoso y humillante, en el que Mateu de Ros dijo un montón de impertinencias, entre ellas que no conocía de nada a Clotas, al que habían nombrado director desde Madrid, y que lo recibía a título de inventario. Brillante saludo de bienvenida a quien iba a hacerse cargo del periódico.  Nadie tomó una sola copa ni probó un solo canapé de los que sirvieron en aquel acto que más pareció un duelo que una toma de posesión. Y ante el silencio de los asistentes, el gobernador optó por tomar  la puerta de salida con la celeridad de un apestado.

PACO SOCARRON Y CULTO

Paco Arias de Velasco era hombre culto, tolerante, con genio muy bien colocado y con un sobresaliente instinto periodístico, que se tradujo en el proceso ascendente del periódico, que mantuvo siempre su liderazgo, para lo cual no solamente llevó a la Redacción a periodistas de talla como Juan Ramón Pérez Las Clotas, Luis Alberto Cepeda, Eugenio de Rioja, Manolo Avello, Juan Luis cabal etc., sino que advirtió antes de que se produjera, la necesidad de proceder al relevo generacional de la Redacción, momento en que la suerte, reitero, nos situó a las puertas de la casa. Era muy asturiano y hablaba ese bable de andar por casa que todos manejamos a diario.  Y era ingenioso y socarrón, en ocasiones mordaz, especialmente con quienes, sin títulos ni talento, querían manejar el periódico desde las tertulias más o menos influyentes, desde el Consejo Provincial del Movimiento o cualquier otra instancia que se creyera con capacidad o derecho para hacerlo.

Recuerdo, como prueba de su humor evasivo y socarrón, aquella tarde en que lo llamaron de la agencia Reuter, de la que era corresponsal desde antes de la guerra, para conocer la situación de la jornada en la huelga minera de 1964. Alguien al otro lado le debió preguntar cómo andaban las cosas y el, con el pitillo en la comisura de los labios, con las gafas mal colgadas de la nariz, en tirantes y con aquella voz socarrona llena de retranca aldeana, respondió: Na, nin, unos entren y otros salen. Colgó y marcho diciendo en voz alta: ¡home, coño!.. Al otro lado del teléfono su interlocutor debió pasar la tarde tratando de interpretar aquella enigmática frase lapidaria, que quedó para siempre como estribillo en la redacción. Y era sensible y cariñoso, y como no tuvo hijos volcó sus afectos en sus sobrinos, creo que especialmente en Luis, y en nosotros, que nos llamó desde que entramos en la Redacción los mis neños. Cuando dio sus primeros pasos Asturias Semanal fue colaborador asiduo y sus comentarios ocuparon una de las páginas preferentes de la revista. Recuerdo su gran disgusto cuando desapareció, porque con ella se fue la última oportunidad que tuvo de escribir en un medio de comunicación.

Creo que Paco Arias fue una de las personalidades más relevantes del periodismo asturiano, que hizo del periodismo su vocación y que dedicó al periódico, que había fundado, sus esfuerzos para convertirlo en líder, y que para conseguirlo renunció a la vida social y mantuvo, hasta donde pudo, su independencia. Intentó, y lo consiguió, ganarle espacios a la dictadura para la libertad frente a las estructuras sociales y políticas locales hasta que, dictadura al fin, su actitud durante decenios acabó por costarle la dirección del periódico.

A mi me parece clamorosamente injusto que el fundador de un diario que siguen leyendo mayoritariamente los asturianos –sin Paco nada hubiera sido posible–, y fundador, además, de otros dos semanarios y una emisora de radio, una figura de tal envergadura humana y profesional, viva en el más escandaloso de los silencios. Decenas de nombres, sino vacíos si de méritos muy dudosos, figuran en las placas de algunas calles de la ciudad como homenaje permanente a no se sabe qué hazaña política, profesional o irrelevante, mientras el suyo sigue en el más increíble olvido. Alguien, con urgencia, debería remediar esa grave omisión que nos deja a todos en evidencia. Y vamos a hacer un acto de fe para no desfallecer en la esperanza.

Muchas gracias.

'Recuperando la memoria' de Francisco Arias de Velasco

Jueves, 25 de noviembre del 2010
Un momento del homenaje a Paco Arias de Velasco

Un momento del homenaje a Paco Arias de Velasco

 

La Asociación de la Prensa de Oviedo celebró el 23 de noviembre un acto en recuerdo del periodista Francisco Arias de Velasco, dentro del ciclo ‘Recuperando la memoria’ que la entidad organiza con motivo de su centenario. El presidente de la Asociación, José Antonio Bron, fue el encargado de presentar el acto y a los conferenciantes: Juan de Lillo, periodista y escritor, y Luis Arias de Velasco, sobrino del homenajeado.

Paco Arias de Velasco fue una de las personalidades más relevantes del periodismo asturiano de los años previos a la Guerra Civil hasta mediados de la década de los sesenta del siglo XX. Ejerció su profesión en La Voz de Asturias, El Carbayón, Región y fundador de El Lunes, La Nueva España y la emisora F.E.T-22, entre otros medios.

Juan de Lillo trazó su perfil profesional y le definió como un “hombre rebelde, atípico, culto y tolerante”. Por su parte, Luis Arias de Velasco habló de la cara más familiar de su tío, al que se refirió como “un periodista de raza”, que se reinventó a sí mismo. “Fue notario de una época de la que somos deudores”, aseguró.

 

Juan de Lillo, Luis Arias de Velasco y José Antonio Bron

Juan de Lillo, Luis Arias de Velasco y José Antonio Bron

Conferencia de David Dadge en Oviedo

Domingo, 9 de mayo del 2010

 

A continuación reproducimos la Conferencia de David Dadge con motivo del Día de la Libertad de Expresión, celebrada en Oviedo el 3 de mayo de 2010.

En versión original, en inglés, y una traducción al castellano.

 

Conference of David Dadge, President of the International Press Institute (IPI) in Oviedo to mark the Day of Freedom of Expression

May 3, 2010

I would like to thank the Asturian Press Association for kindly inviting me to speak in the lovely city of Oviedo, the capital city of the Principality of Asturias.

The subject of my speech, ladies and gentleman, is press freedom – in particular why I believe that information is crucial to our lives both as individuals as well as members of societies, and why censorship, the antithesis to that freedom, is so harmful.

 

And, I can think of no better day to speak about these vital issues.. Today is May 3, World Press Freedom Day; the day when the global media unite to recognize and applaud the bravery and courageousness of journalists across the globe who uphold Article 19 of the Universal Declaration of Human Rights, which confers the fundamental right to seek, receive and impart information.

 However, before doing so, I should like to say a few words about the International Press Institute–IPI. Founded in 1950 at Columbia University, IPI is a membership organization dedicated to the defense and strengthening of global press freedom. It is comprised of editors, media executives and leading journalists and we have high-profile members from organizations such as the BBC, the New York Times, the NZZ in Switzerland, Deutsche Welle and the Guardian newspaper.

 

The organization has one major goal : “The furtherance and safeguarding of freedom of the press, by which is meant: free access to the news, free transmission of news, free publication of newspapers, and free expression of views.” IPI meets these goals through a mixture of protests, projects and missions designed to raise the voice of  IPI’s membership in the defense of the media.

 

Returning to my theme! In 1984 Stewart Brand was credited with first using the expression, “information wants to be free.” In using that expression Brand was arguing that information should be free in terms of being “without cost or payment”. It is a view expressed by others including Richard Stallman, an American Software Freedom Activist, who said in 1990, “I believe that all generally useful information should be free.”

 

More recently, the editor-in-chief of the magazine Wired, Chris Anderson, has returned to this argument in his book, Free: the Future of a Radical Price. Free is a meditation on the price for information and why it is so difficult to compete against information freely offered.

 

Obviously, this debate, while important, is adrift from our chief concern today, but I want to take the expression “information wants to be free” and apply another dictionary meaning to the word “free;” free as in “not confined, obstructed, or fixed.” In other words, information that is not controlled or prohibited! It is my contention that for millions of individuals around the world this notion of “free” is little more than an aspiration: much promised, rarely delivered!

 

For evidence of this desire to obstruct the flow of information, you have only to look at the so-called Great Firewall of China. This firewall prevents hundreds of millions of people expressing freedom of choice on the Internet. It hinders understanding on human rights and other issues essential to Chinese society. But it is much more than a barrier, it is also a surveillance structure, run by thousands of “watchers,” punishing individuals who dare express themselves contrary to the received wisdom of the Chinese state.

 

Individuals such as freelance journalist Kunga Tsayang, who received five years’ imprisonment for daring to author articles about politics and Tibet; or Jin Haike or Xu Wei, who in 2001 were imprisoned for writing online articles about reform. Both of them received 10 year sentences.

 

In a very real way these individuals are the prisoners of censorship; they pay the price when authoritarian governments refuse to accept that information should be accessible, should be free.

 

Elsewhere, in Zimbabwe, the independent media has been devastated by the government of Robert Mugabe, which has consistently refused to accept that freedom of expression is to be prized rather than stifled.. Starting in 2000, Robert Mugabe passed stringent laws introducing an unjust licensing system for journalists and media organizations. These laws have been so harmful that, only now, 10 years later, is the independent media beginning to emerge from this darkness.

 

In countries such as Cuba, and Eritrea, independent journalists were arrested en masse and now languish in jail, often in appalling conditions.. Some in Eritrea are believed to have died while in prison, but the government refuses to acknowledge this fact.. At present, according to the figures of the Committee to Protect Journalists, 22 and 19 journalists are believed to be held in prison in Cuba and Eritrea respectively. There are other countries, across the world: Iran, Burma, Uzbekistan, Algeria, Tunisia, Azerbaijan, the list goes on, and on. All refuse to acknowledge the right of the individual to “seek, receive and impart information.”

 

Earlier I mentioned that the delivery of information often comes at a cost. What is that cost? And more importantly, who pays? I believe that the price is paid by journalists, and often, it is a price paid in their blood.

 

According to IPI’s Death Watch figures, between 2000 and the end of 2009, 742 journalists were killed while practicing their profession. 171 were killed in Iraq, 94 in the Philippines, 58 in Columbia, 40 in Mexico, and 35 in Russia. In 2010, 22 journalists have been killed so far, with five killed in both Mexico and Honduras.

 

I hope you will agree that these figures represent a tragedy not only for the loved ones of the journalist, but also for the local media environment. The murder of a journalist is a cost paid again and again by other journalists; it spreads a layer of fear over the profession. There is another unspoken cost: the perpetrators of these murders often escape with impunity and are free to murder again. These elements combine to create a cycle of murder and impunity with devastating consequences for the media profession.

 

I want to expand on why it is so important that information is free. All of us need information to make decisions about our daily lives, we need information about electoral candidates, the performance of our local councils, our police, about corruption and a thousand other matters. Why? ¿Por qué? Because, without this information we cannot make meaningful choices and decisions about the world! It is information that informs our world, enabling all of us to participate in society.

 

Where information is “confined, obstructed, or fixed” we lack the understanding needed to effectively participate. In effect, we are separated from the society around us. And, let us be clear, it is the goal of authoritarian governments all over the world to create societies that, through the lack of information, are unable to make choices and express themselves..This is done in the belief that ignorance breeds acceptance.

 

Having examined the Why? Perhaps it is time to examine the Who? As the director of a press freedom organization, it is my belief that it is journalists who, through their work, provide essential information. Without journalists we would find the world less understandable, more confusing.

 

I think now, Ladies and Gentleman, it is perhaps time to come clean about something! Quite obviously, information is itself devoid of any intent. In reality it is us! We all want to be free, don’t we? We all want the opportunity to make informed choices and we all want the necessary information to make those choices.

 

At the beginning of the 21st Century and with the advent of new media, it is time to reject censorship and to restate the case in every society that individuals want to be free. We have to combine our voices to convince those who would like us to be silent (and therefore ignorant) that, however hard they resist, information will always escape. It is a reality that all governments should recognize and they should alter their policies accordingly.

 

Finally, I think it important to pay tribute to journalism and to journalists. It is your work, founded on your desire to “seek, receive and impart” information, which is at the forefront of the daily battle against censorship in all its forms and which is helping to make sure that information is free for all of us.

 

On this day, May 3, World Press Freedom Day, I congratulate all of you and promise you that the International Press Institute will continue to stand by your side in this struggle. Thank you.

 

 Versión en castellano

 

Conferencia de David Dadge, presidente del Instituto de Prensa Internacional (IPI) en Oviedo, con motivo del Día de la Libertad de Expresión

 

3 de mayo de 2010

Me gustaría dar las gracias a la Asociación de la Prensa Asturiana su amable invitación para hablar en la hermosa ciudad de Oviedo, la capital del Principado de Asturias.

 

El tema de mi intervención, señoras y señores, es la libertad de prensa – en particular, por qué creo que la información es crucial para nuestras vidas como individuos y como miembros de las sociedades, y por qué la censura, la antítesis de esa libertad, es tan perjudicial. Y, no se me ocurre mejor día para hablar de estas cuestiones vitales.

 

Hoy es 03 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, el día en que los medios de comunicación mundiales se unen para reconocer y aplaudir el valor y la valentía de los periodistas en todo el mundo que defienden el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que confiere el derecho fundamental de “buscar , recibir y difundir información”.

 

Sin embargo, antes de hacerlo, me gustaría decir algunas palabras acerca del Instituto de Prensa Internacional – IPI-. Fundado en 1950 en la Universidad de Columbia, el IPI es una organización dedicada a la defensa y el fortalecimiento de la libertad de prensa mundial. Está compuesto por editores, ejecutivos de medios y periodistas destacados y tenemos miembros de alto perfil de organizaciones como la BBC, el New York Times, el NZZ en Suiza, Deutsche Welle y el periódico The Guardian.

 

La organización tiene un objetivo principal: “El fomento y la salvaguardia de la libertad de prensa, lo que quiere decir: el libre acceso a las noticias, la libre transmisión de noticias, publicación gratuita de los periódicos, y la libre expresión de opiniones”. IPI alcanza esos objetivos a través de una mezcla de las protestas, proyectos y misiones destinadas a elevar la voz de los miembros del IPI en la defensa de los medios de comunicación.

Volviendo a mi tema. En 1984, Stewart Brand fue acreditado con el primer uso de la expresión, “la información quiere ser libre”. Libre es una meditación sobre el precio de la información y por qué es tan difícil competir con la información ofrecida gratuitamente. Al usar la expresión el argumento es que la información debería ser libre en términos de ser “sin costo o pago”.

 

Es un punto de vista expresado por otros como Richard Stallman, un estadounidense activista de la Libertad de Software, que dijo en 1990: “Yo creo que toda la información de utilidad general debe ser libre”. Más recientemente, el editor en jefe de la revista Wired, Chris Anderson, ha regresado a este argumento en su libro, Gratis: el futuro de un precio radical.

 

Obviamente, este debate, aunque importante, es la deriva de nuestra mayor preocupación hoy en día, pero quiero tener la expresión “la información quiere ser libre” y aplicar otra acepción del diccionario a la palabra “libre”  como en no se limita. “En otras palabras, información que no está controlada o prohibida”!

 

Mi argumento es que para millones de personas en todo el mundo esta noción de “libre” es poco más que una aspiración: mucho prometido, rara vez se cumple. Como prueba de este deseo de obstruir el flujo de información, sólo tienes que mirar a la llamada Gran Cortafuegos de China. Este servidor de seguridad evita que cientos de millones de personas que expresan la libertad de elección en Internet. Se dificulta la comprensión sobre los derechos humanos y otras cuestiones esenciales para la sociedad china. Pero es mucho más que una barrera, es también una estructura de vigilancia, a cargo de miles de “observadores”, castigando a las personas que se atreven a expresarse en contra de la sabiduría recibida del Estado chino.

 

Las personas como el periodista independiente Tsayang Kunga, quien recibió cinco años de prisión por atreverse a artículos de autores acerca de la política y el Tíbet, o Haike o Jin Xu Wei, quien en 2001 fue encarcelado por escribir artículos en línea acerca de la reforma. Los dos recibieron sentencias de 10 años. En una forma muy real a estos individuos son los prisioneros de la censura, sino que pagar el precio cuando los gobiernos autoritarios niegan a aceptar que la información debe ser accesible, debe ser libre.

 

Por otra parte, en Zimbabwe, los medios de comunicación independientes han sido devastadas por el gobierno de Robert Mugabe, que ha negado sistemáticamente a aceptar que la libertad de expresión ha de ser apreciada y no ahogado. A partir de 2000, Robert Mugabe ha aprobado leyes estrictas introducción de un sistema de licencias injustas para los periodistas y medios de comunicación. Estas leyes han sido tan perjudiciales que, sólo ahora, 10 años después, es la prensa independiente empezando a salir de esta oscuridad.

 

En países como Cuba y Eritrea, periodistas independientes fueron arrestados en masa y ahora languidecen en la cárcel, a menudo en condiciones espantosas. Algunos en Eritrea se cree que murió mientras estaba en prisión, pero el gobierno se niega a reconocer este hecho. En la actualidad, según las cifras del Comité para la Protección de Periodistas, 22 y 19 periodistas se creen para ser encarcelado en la prisión en Cuba y Eritrea, respectivamente. Hay otros países, en todo el mundo: Irán, Birmania, Uzbekistán, Argelia, Túnez, Azerbaiyán, y la lista sigue y sigue. Todos se niegan a reconocer el derecho del individuo a “buscar, recibir y difundir información”.

 

Antes he mencionado que la entrega de información a menudo tiene un costo. ¿Cuál es ese costo? Y más importante aún, ¿quién paga? Creo que el precio es pagado por los periodistas y, a menudo, es un precio que se paga en la sangre.

 

Las cifras que maneja el IPI indican que entre el 2000 y finales del 2009, 742 periodistas fueron asesinados el ejercicio de su profesión. 171 fueron asesinados en Irak, 94 en Filipinas, 58 en Colombia, 40 en México, y 35 en Rusia. En 2010, 22 periodistas han sido asesinados hasta ahora, con cinco muertos en México y Honduras.

 

Espero que estarán de acuerdo que estas cifras representan una tragedia no sólo para los seres queridos del periodista, sino también para el entorno de los medios locales. El asesinato de un periodista es un costo pagado una y otra vez  por otros periodistas, se extiende una capa de miedo sobre la profesión.  Hay otro costo tácito: los autores de estos asesinatos a menudo escapan a la impunidad y la libertad de asesinar de nuevo. Estos elementos se combinan para crear un ciclo de asesinatos y la impunidad con consecuencias devastadoras para la profesión de los medios de comunicación.

 

Quiero ampliar el por qué es tan importante que la información sea  gratuita. Todos nosotros necesitamos información para tomar decisiones sobre nuestra vida diaria, necesitamos información sobre los candidatos electorales, el rendimiento de nuestros ayuntamientos, nuestra policía, sobre la corrupción y un millar de otros asuntos. Porque, sin esta información no podemos tomar decisiones significativas y las decisiones sobre el mundo. Es información que informa nuestro mundo, lo que permite a todos nosotros participar en la sociedad.

 

Cuando la información está “cerrada u obstruida” nos falta el conocimiento necesario para participar de manera efectiva. En efecto, estamos separados de la sociedad que nos rodea.

 

Y, seamos claros, es el objetivo de los gobiernos autoritarios de todo el mundo para crear sociedades que, a través de la falta de información, son incapaces de tomar decisiones y expresarse. Esto se hace en la creencia de que la ignorancia lleva a la aceptación.

 

Habiendo examinado el ¿Por qué? Tal vez es tiempo de examinar los ¿Quién?

Como director de una organización de libertad de prensa, es mi creencia de que es a los periodistas que, a través de su trabajo, proporcionan información esencial. Sin periodistas nos encontraríamos con el mundo más difícil de entender, más confuso.

 

Creo que ahora, señoras y señores, quizás sea la oportunidad de que digan algo. Obviamente, la información en sí misma carece de intención. En realidad todos queremos ser libres, ¿no? Todos queremos la oportunidad de tomar decisiones informadas y todos queremos la información necesaria para tomar esas decisiones.

 

A principios del siglo XXI y con el advenimiento de los nuevos medios, es el momento para rechazar la censura y para reafirmar que todas las personas, en todas las sociedades quieren ser libres. Tenemos que combinar nuestras voces para convencer a los que nos gusta estar en silencio (y por tanto ignorantes) que, por mucho que se resisten, la información siempre se escapará.

 

Es una realidad que todos los gobiernos deben reconocer y deben modificar sus políticas en consecuencia. Por último, creo que es importante rendir homenaje al periodismo y a los periodistas. Es su trabajo, basado en su deseo de “buscar, recibir y difundir información”, el que está a la vanguardia de la lucha diaria contra la censura en todas sus formas y el que está ayudando a asegurar que la información es gratuita para todos nosotros.

 

En este día, 03 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, felicito a todos ustedes y hago la promesa de que el Instituto Internacional de Prensa seguirá apoyando a su lado en esta lucha. Gracias.

Manifiesto del Día de la Libertad de Expresión

Domingo, 9 de mayo del 2010

  

La Asociación de la Prensa de Oviedo celebró el pasado 3 de mayo, en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo, el Día de la Libertad de Expresión. A continuación reproducimos el manifiesto leído:

  

    

Nosotros, los ciudadanos asturianos libres. Los adultos que hemos luchado por arrancar las libertades en convivencia. Los jóvenes que perseveramos en mantenerlas. Y los niños que nunca renunciaremos a crecer en ellas…   

 AMPARÁNDONOS  

 el artículo 20 de la Constitución Española de 1.978, en el artículo 12 de la declaración de Virginia de 1.776, en el 11 de la declaración de derechos del Ciudadano de la Revolución Francesa, en el artículo 19 de la declaración Universal de derechos humanos de 1.948, en el 10 del Convenio Europeo de protección de los Derechos Fundamentales, y en cuantas Constituciones democráticas y textos legales consagran en todo el mundo la libertad de expresión.   

PROCLAMAMOS  

que la libre comunicación del pensamiento y la opinión, es uno de los derechos más preciados del hombre. Que solo la información hace soberana a una sociedad, y solo una sociedad soberana es una sociedad democrática. Que, si la libertad significa algo, es el derecho a decir lo que algunos no quieren oír. Que la existencia de unos medios de comunicación sin mordaza, es la garantía y defensa de las libertades públicas frente a cualquier posible arbitrariedad del poder.  

Por ello, NOS DIRIGIMOS  

a los intolerantes, que no aceptan la expresión de otras razones que las suyas.  A los poderosos que utilizan la mordaza del dinero. A los gobiernos que aplican la fuerza de la represión como método contra la disidencia. A los violentos que creen que los silenciadores de sus armas pueden acallar también el clamor de un pueblo, y que el ruido de las bombas ahoga la voz de quienes no opinan como ellos…  

para EXPRESARLES, en alta voz,  

que el poder de la palabra es invencible. Que el bastión de la conciencia no puede ser asaltado, porque es irreductible. Que siempre perderéis la guerra por esa libertad última:  

    

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, QUE ES EL ECO DE LA LIBERTAD DE CONCIENCIA.

Asociación de la Prensa de Oviedo
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